domingo, 4 de octubre de 2015

Sandra Si Lo Hace

    

     Relato Ficticio de Ballbusting Hetero. Una bloguera se defiende de un perturbado poniendo en practica su lema "Una buena patada en los huevos"

     Sandra, es una chica capaz, gracias a su sincera e insobornable personalidad, de suscitar un intenso debate con cualquier tema que propone desde su blog. Realmente, en un mundo donde cualquiera dispone de la facilidad de publicar en la red, conseguir destacar y hacerse un nombre con un blog personal entre miles de competidores, es un hecho que posee mucho merito.
    Un tema con el que Sandra triunfó fue “Una buena patada en los huevos”, convirtiéndose en una de las entradas más leídas en español sobre el tema; Sandra narra con autenticidad y gracia una hipotética situación en la que ella tuviera que defenderse de un maltratador. Según, Sandra, al ser mujer y menos fuerte físicamente que su oponente masculino, ella recurriría a golpearlo en los testículos, sin remordimiento moral alguno. Citando sus palabras textuales; “con el codo, con el pie o con el puño tomas muy buena ventaja...” y con un final sin complejos, apartándose de lo correctamente político, la chica remata; “con toda mi alma le meto una buena patada en los huevos... su grito de dolor es como música rock para mis oídos... oh yeah”. Las reacciones a su escrito fueron diversas, la totalidad de las mujeres la apoyaron, la mayoría de los hombres también (e incluso dentro de este segmento cierto lector se enamoró platónicamente de ella), pero algunos machistas se mostraron en contra, sintiéndose molestos y albergando cierta rabia contra su irredenta autora.

    Una noche, aprovechando que Sandra salió a pasear con su perrito, uno de aquellos tipos machistas y violentos que no debía de estar muy bien de la cabeza, la siguió hasta un callejón y cobardemente, tras empujarla contra el suelo, la retó a pelear con él, de una manera tan infantil y absurda que daba autentico pánico. Con razón, Sandra pensó, que el tipo era un desequilibrado, quizás un psicópata, pero además resultó un verdadero machista, porque la insultó por su condición de mujer, por escribir”esas porquerías” que fomentaban la defensa ante el ataque de un hombre y hacían peligrar la supremacía masculina.
    Pero Sandra, que se declaraba pacifista, no quiso luchar y le dijo que era estupido y cobarde retar a una mujer con mucho menos peso, altura y fuerza física. Le advirtió que si no se iba, llamaría a la policía, pero él le quitó el móvil y lo tiró por la alcantarilla.
Aún así, Sandra, trató de razonar con él, le dijo que ella no sabía karate ni practicaba lucha, que sólo atendía a defenderse, prefiriendo arreglar los problemas con palabras.
El agresor no transigió y lanzó varios puñetazos sobre el rostro y el estomago de Sandra, dejándola adolorida sobre el suelo. La chica pensó que quizás él, al verla a ella derrotada, se terminaría por ir.
    El asaltante, satisfecho, no volvió a pegar a Sandra, pero en vez de irse la tomó contra el pobre y asustado perrillo, propinándole una patada en el vientre. Sandra al contemplar la escena, no pudo aguantar más y sintiendo gran rabia interior se levantó, mientras el tipo continuaba molestando al animal. Entonces, sin pensárselo, la guapa morena, aprovechando que el abusón estaba de espaldas y que al pisar al perro dejaba un hueco entre sus piernas, lanzó con todas sus fuerzas una tremenda patada a los testículos del hombre, quien ni siquiera gritó, solo profirió un tímido suspiro como si hubiera quedado sin voz. La fuerza de la patada fue tal, que Sandra atascó su empeine contra los testículos del hombre, pero quedando la parte superior de sus dedos y el tacón fuera de la entrepierna, creando una especie de palanca por la parte delantera de su agresor, tocando con la punta del zapato la barriga de este.
El hombre bajó la mirada y contempló la suela del zapato de tacón de Sandra entre sus piernas, ella, que continuaba tras la espalda del villano, movió un poco el pie y lo apretó hacia arriba empujando más si cabe las gónadas del agresor contra su propia pelvis. Finalmente, la chica desatascó su zapato y al momento, el hombre se arrodilló casi llorando con las manos en su entrepierna.
    Sandra se colocó delante de él, cara a cara y le dijo “y ahora qué, ¿esto es lo que querías comprobar, anormal? Tú lo has querido.
    Aprovechando que el hombre estaba agachado, la preciosa y femenina Sandra, le asestó un fuerte rodillazo en el rostro, provocándole un tremendo dolor y haciendo que su nariz sangrase. El hombre cayó al suelo fulminado, derrotado ante la mujer de cabello oscuro y ojos grandes, maravillosamente locuelos. Sandra, sin embargo, no quiso cebarse y dejó al desequilibrado jadeando de bruces sobre el piso.

    Entonces, la chica fue a comprobar el estado de su perrito, al ver que estaba más o menos bien pero asustado, trató de marcharse con él, pero el hombre, le agarró del tobillo y la tiró al suelo con violencia. El agresor se levantó y empezó a pegar puñetazos a Sandra, quien ahora se hallaba tirada en el suelo, indefensa.
El perrito, para defender a su dueña, mordió al delincuente en el tobillo, quien empujo al animal fuera de la escena levantando su pierna adolorida, pero el agresor al dejar su punto débil, su zona viril pero sensible, al alcance de Sandra, cometió un gravísimo error; ella, convertida en una fiera protectora, desde el suelo, con su mano agarró con fuerza las gónadas de él, apretando como si la vida le fuera en ello. El hombre gritaba como un loco, y Sandra en vez de aflojar, decidió retorcer sus testículos en círculo. El agresor se echó a llorar, nada podía hacer, se encontraba atrapado (pensaba, qué hago, qué hago, “estoy agarrado por los huevos” rememorando el refrán popular) y sólo consiguió pronunciar entre patéticos lamentos que se rendía, pero Sandra ya estaba harta, no confiaba en él y le dijo que iba a pagar por su maldad y osadía;
     -Prepárate, porque voy a demostrarte lo débil que eres sólo por ser hombre, si, imbecil, precisamente la razón por la que crees ser superior a mí, va a ser la causa de tu perdición, la clave de tu derrota; tus joyas más preciadas –dijo Sandra con sus grandes ojos en llamas. Y con todas sus fuerzas dio un tirón a sus testículos hacia abajo, de manera seca, rápida y brutal;
     -UUUUUUUUUUUAAAAAAAAAAH!!!!!!! –gritó salvajemente el pobre diablo.
Lo único que llegó a percibir en su estado de shock fue como la bella Sandra apretaba sus dientes con furia, demostrando que ella no iba a dejar que pegasen a su perrito.

    El hombre cayó semi inconsciente al suelo. Sandra se puso de pie y levantando su rodilla, alzó la suela de su zapato sobre los ojos de su adversario y le dijo;
    -¿Te acuerdas que para patear a gentuza como tú me calzo mis zapatos de tacón y disfruto pateando sus bolas si se lo merecen? Pues aquí tienes mi pie, lame las suelas cerdo machista o te rompo la traquea –amenazó Sandra en posición de victoria.
    El agresor, que continuaba con las manos agarrando sus testículos y muriéndose de dolor, no tenía fuerzas ya para nada y prefirió la humillación de lamer la suela del zapato de Sandra con toda la suciedad de las calles, que intentar un nuevo, patético e infructuoso intento de defensa. El perdedor sintió una humillación terrible ante la guapísima morena, convertida ya en una improvisada y mortal amazona. El hombre sintió como su nariz y su boca eran presionados con fuerza por el pie de ella, como se iba quedando sin más respiración que la sucia goma de los zapatos de tacón de la mujer, comprendiendo sin más remedio que debía apartar sus manos de sus doloridos testículos y alzarlas para intentar apartar el pie de Sandra de su magullada nariz y boca. Más o menos, lo consiguió, logró tomar aire por unos momentos, pero fue un grave error porque el pobre inútil volvió a dejar indefenso su punto débil. Sandra, que con su suela del zapato impedía la visión del hombre, aprovechó la ventaja y, apoyada sobre sus rodillas flexionadas, decidió dirigir sus femeninas manos a la entrepierna de este. Sin dudar, agarró los testículos del hombre, apretando con todas sus fuerzas, retorciendo y tirando hacia arriba con la ferocidad de una tigresa. Él, totalmente, desesperado, gritaba con voz muy aguda;
    -Noooooo bastaaaaa bastaaaaa ya buuuuua buuuuua por favor iiiiiiiiiiiiia, me vas a capaaaaaaaar.
    -Qué pasa ahora… gritas con voz de mujer eh cerdo machista te voy a arrancar los huevos con mis propias manos.
    -No por favor no por favor, buaaa, buuua.
    El tipo ya convertido en un saco de escombros se orinó encima evidenciando un grotesco círculo en sus pantalones. Sandra se dio cuenta y lo soltó, no sin antes meterle una patada en la cara que le hizo retumbar los dientes. Él se llevó de nuevo las manos al rostro. Entonces la chica se apartó unos metros, tomó carrerilla y le dijo al tipo;
    -Y ahora mi despedida que ya conoces por mi escrito, la que tanto te jodió, lo que sólo una mujer se puede permitir en una pelea.
    Y como un futbolista antes de tirar un penalti, Sandra corrió y profirió su grito de guerra, un fuerte y salvaje; “¡yeah!” propinando la patada más fuerte que jamás había dado en toda su vida. Al instante, se escuchó un sonido similar a cuando se rompe la cáscara de un huevo. Sandra se percató del sonido y miró hacia la zona genital de su adversario, la bella mujer pudo advertir como uno de los testículos del hombre terminó incrustado muy arriba de la ingle en la parte del abdomen, seguramente, estrangulado, mientas el otro permanecía en su sitio pero con el tamaño de un tomate. Sin remedió, el asaltante se desmayó. La chica se atusó el cabello, tomó en brazos a su perrito y se fue a su casa andando con feminidad.

    Sandra se quitó sus zapatos para poner sus pies en alto, antes observó que sus preciosos pies estaban enrojecidos por la parte del empeine, pero también por su sensual planta, ella misma se hizo un masaje en los pies. Cualquier pintor de talento hubiera encontrado motivo pictórico en tan bella y enardecedora escena. Luego puso sus lindos pies en alto y mientras se relajaba y flexionaba sus dedos, pensó;

    -Sólo me he defendido y lo he hecho como había escrito, finalmente, SANDRA SI LO HACE;  YEEEEAAAAAH!!!!!


                                          La defensa de Sandra



watermoon1978@gmail.com

2 comentarios:

  1. Buen día. Nosé que habrá pasado. Muy esporádicamente escribo. Te mando un links sobre una historia que me parede interesante en la cuál también participo.

    https://www.wattpad.com/216925777-parte-1-bienvenidas-al-gym

    ResponderEliminar
  2. Hola Sofia, he leído el relato y me encantó, es muy sexy, con hallazgos muy buenos, escenas como la del rodillazo al aire, o cuando se da la primera patada y se ve la punta de la zapatilla blanca.
    Está inacabado, os voy a escribir en wattpad algunas ideas por si os gustan para continuarlo.

    ResponderEliminar